De la Idea a la Acción: Lo Que Aprendí Al Fundar Pyme In Motion

Lanzar Pyme In Motion me enseñó que el verdadero reto de emprender no está en lo externo, sino en superar los miedos y creencias que te frenan, dando pequeños pasos con confianza hacia lo que sueñas.

DIARIO DE UN EMPRENDEDOR

Carlos Guerra

12/5/20243 min read

Si alguien me hubiera dicho hace un año todo lo que implicaría iniciar Pyme In Motion, probablemente habría reído nervioso. No porque no creyera en la idea, sino porque nunca imaginé el nivel de crecimiento personal que requeriría. No solo fue aprender cosas nuevas o adaptarme al mundo del emprendimiento, sino también enfrentarme a mí mismo y a esos pequeños saboteadores internos que todos llevamos dentro.

Por ejemplo, durante semanas me obsesioné con cada detalle de mi proyecto. Que el logo fuera perfecto, que la paleta de colores transmitiera exactamente lo que yo quería, que cada frase del sitio web sonara profesional. Pero la realidad es que, cuanto más intentaba que todo saliera perfecto, más me bloqueaba. Fue como si el proyecto nunca avanzara, y eso empezó a frustrarme.

Un día, cansado de tanto esperar, me dije: "Si no lo lanzo ahora, nunca lo haré". Ese fue mi primer gran aprendizaje: mejor hecho que perfecto. No tenía que tenerlo todo resuelto para empezar. Y, aunque en ese momento daba miedo, al final valió la pena dar ese salto.

Otro obstáculo fue superar el famoso "qué dirán". Cuando decides emprender, te enfrentas al miedo de exponerte. Me preocupaba cómo reaccionarían mis amigos, mi familia, incluso conocidos en redes sociales. ¿Y si las cosas no salían como esperaba? ¿Y si alguien pensaba que mi idea no era buena? Con el tiempo, entendí que el miedo al qué dirán no desaparece, pero lo puedes poner en perspectiva. Mi enfoque cambió cuando empecé a pensar en cómo podía ayudar a otras personas con mi negocio. Eso era mucho más importante que cualquier opinión ajena.

Algo que tampoco esperaba era lo agotador que puede ser querer hacerlo todo por ti mismo. Como una empresa unipersonal, mi primera reacción fue asumir que debía aprender de diseño, contabilidad, redes sociales, ventas... todo. Obviamente, terminé saturado. Fue ahí cuando descubrí que no necesitas ser un experto en todo, solo saber apoyarte en herramientas que faciliten tu trabajo. Canva, Zapier y un buen CRM económico me salvaron. Básicamente, aprendí que delegar no siempre significa contratar a alguien; a veces, es confiar en la tecnología.

Y luego está el tema de sentir que nunca estás completamente listo. Siempre hay algo más que podrías mejorar, algo más que aprender, una excusa para posponer el lanzamiento. Pero algo que me quedó clarísimo es que esperar a "estar preparado" es un mito. Siempre habrá algo que se pueda ajustar, pero lo importante es empezar. La experiencia real llega cuando estás en el camino, no antes.

Hoy, al mirar lo que he construido con Pyme In Motion, me doy cuenta de que cada pequeño paso, incluso los que di con miedo, me llevaron hasta aquí. Y lo más valioso fue conectar con un propósito más grande: ayudar a otros emprendedores a crecer, a superar esas mismas barreras que yo enfrenté.

Si estás pensando en emprender o estás dando tus primeros pasos, quiero que sepas algo: es normal sentir dudas. Es normal tropezar. Pero también es normal aprender y crecer. No necesitas tenerlo todo claro desde el principio; lo único que necesitas es dar ese primer paso.

¿Qué tal si hoy te animas a avanzar, aunque sea un poquito? Créeme, todo suma. Y si ya estás en el camino, me encantaría saber: ¿qué retos has enfrentado hasta ahora? ¡Déjame un comentario, que juntos siempre se avanza mejor! 🚀